Ivette Sosa
Al finalizar el sexenio y sin el clásico final feliz de fueron felices para siempre, concluye la telenovela que, a lo largo de su Gobierno, protagonizó el mexiquense Enrique Peña Nieto con la actriz Angélica Rivera.
Esto, a decir de comentarios de pasillos políticos y de crónicas periodísticas. El presidente Enrique Peña y Angélica Rivera, iniciaron los trámites de divorcio para finalizar su matrimonio, se asegura.
CRÓNICA DE UNA SEPARACIÓN ANUNCIADA
De hecho, en su columna del diario El Universal, Salvador García Soto refiere lo que parece ser la crónica de una separación anunciada.
Según el periodista, el trámite es consecuencia de “una separación y distanciamiento que ya lleva tiempo… Así que con el fin de sexenio también terminará el cuento de hadas…”.
García Soto no da mayores detalles de tan íntimos asuntos de familia.
LA ÚLTIMA APARICIÓN PUBLICA DE LA PAREJA PRESIDENCIAL
Fue en la ceremonia del Grito de Independencia en Palacio Nacional, y el segundo momento fue cuando las hijas mayores de ambos se hicieron un tatuaje en la Residencia Oficial de Los Pinos.
Por cierto, ambos episodios fueron muy criticados y objeto de burlas y memes en redes sociales.
¿MENSAJE OCULTO?
Sobre la pareja presidencial, también el periodista de Proceso, Jenaro Villamil, advirtió el pasado 2 de agosto en su columna, el mensaje oculto que Peña Nieto le envió a Rivera de Peña para festejar sus 49 años.
En sus cuentas de Facebook e Instagram, anota Villamil, “el presidente en el ocaso” escribió lo siguiente: “Muchas felicidades en su cumpleaños, a quien me ha regalado ya 10 años de estar juntos y de compartir muchas vivencias que han dejado huella. Angélica, te deseo todo lo mejor en la vida, salud y muchas alegrías. Gracias por tu entrega y dedicación a nuestra familia. ¡Que Dios te bendiga!”.
El periodista lee entre líneas y señala que más allá del mensaje de felicitación, el texto sugería una despedida, pues para nadie en el entorno de la pareja presidencial era y es un secreto que la pareja se habían distanciado física y emocionalmente.
“El convenio entre ambos se rompió prácticamente desde que llegaron a Los Pinos. El escándalo de La Casa Blanca fracturó para siempre una sociedad conyugal tele-dirigida que tuvo su peor momento cuando la exprotagonista de telenovelas salió a defenderse de una propiedad inmobiliaria que era del presidente de la República y no de ella”, detalla Villamil.
Puntualiza que durante el tiempo que ha durado el matrimonio, la relación entre la pareja presidencial ha sido todo lo contrario a una telenovela rosa: desencuentros políticos, diferencias entre los hijos de cada uno, un nuevo escándalo sobre el departamento de Rivera en Miami, tensión protocolaria y las sonrisas congeladas… ¡que ya nadie la compra!